Nunca habíamos tenido a nuestra disposición tantos canales de comunicación. Además de los convencionales, internet y las redes sociales han acelerado la globalización hasta dibujar un escenario que no podíamos imaginar hace unos años. Es por ello por lo que las empresas deben definir su estrategia comunicativa y cuidar cada detalle para conseguir diferenciarse y destacar por encima de sus competidores.
La gestión de una marca con el objetivo de despertar sensaciones y crear conexiones positivas con el consumidor es lo que denominamos en el mundo de la comunicación como branding, y va mucho más allá de conseguir ventas. Para diferenciarse de la competencia, es necesario decidir cómo vamos a mostrarnos frente a los clientes: el diseño, el discurso, la tipografía, los colores… son algunos de los aspectos a tener en cuenta para construir la personalidad de la marca.
La gestión de una marca con el objetivo de despertar sensaciones y crear conexiones positivas con el consumidor es lo que denominamos como branding.
En internet, es necesario disponer de una identidad visual y respetarla en todo momento. Hacer uso de un slogan potente, unos colores que comuniquen los sentimientos con los que queremos que nos asocien y un logotipo que se adapte a las diferentes plataformas. También es importante contar con un manual de marca que recoja la imagen desarrollada y sus aplicaciones para mantener esa unidad en el estilo y desarrollarlo correctamente.
Evidentemente, no es necesario estar presente en todos los canales de comunicación, pero sí desarrollar una estrategia comunicativa en aquellos en las que podamos llegar a tener un buen impacto mediático a través de un contenido de calidad. De la misma manera, no debemos intentar vender siempre: Ofrecer entretenimiento o información didáctica también nos ayudará a mejorar nuestro posicionamiento en internet y a establecer los valores por los cuales queremos que nos reconozcan.
Pero, ¿quién se encarga de gestionar toda la estrategia de marca? El Brand Manager. Es aquella persona que investiga el mercado, la competencia y el consumidor para definir la comunicación de la empresa y aplicarla. Entre otras cosas, también está dentro de sus competencias involucrar a los empleados garantizando una buena comunicación interna, analizar los resultados de las campañas y gestionar la reputación de la compañía.